Resulta evidente la explosión de Internet como gran fenómeno mediático del siglo XXI. Un medio directo, de gran alcance e impacto sociales, en una población que demanda sus servicios cada vez con mayor asiduidad. El número de usuarios aumenta escandalosamente año a año sin que resulte fácil calcular la presión publicitaria que ejerce entre los consumidores.
Una forma más económica de hacer publicidad, en comparación con otros medios, alcanzando a su público de manera menos molesta que otros medios como la televisión; su carácter interactivo y la posibilidad ofrecida de generar una comunicación interactiva y de retorno entre anunciantes y consumidores, sitúan al medio a la cabeza del progreso en el mundo de la publicidad.
Pero hay un apartado que destaca por encima del resto de páginas web. Se trata de los buscadores. Google, Yahoo y MSN, son los mayores motores de búsqueda en Internet y, si tenemos en cuenta que, aproximadamente, 10 millones de usuarios recurren a estos buscadores mensualmente, nos encontramos ante un negocio de postín para las marcas anunciantes, que reconocen a estas páginas como sus mayores recursos de exposición en la red.
Por poner un ejemplo, citamos a Spanair, que vende uno de cada tres billetes en la web, suponiendo un incremento de ventas en torno al 20%. Todo un negocio. Pero, ¿es oro todo lo que reluce?, ¿no empiezan a estar saturados los usuarios con tanta publicidad en internet?, ¿acabará resultando contraproducente? Solo el tiempo encontrará respuestas a estas preguntas. Mientras tanto, a aprovechar el tirón.